domingo, agosto 21, 2005

Las guerras que nos entretienen

En la reciente edición de Alternet, James Westcott ha publicado “The Irak War as Entertainment”, un artículo que explora recientes representaciones de la guerra en los medios norteamericanos –ya sean las emisiones de historias cuasi-épicas de la derecha Foxística o la de los activistas, bloggers o cualquier morboso con cámara en mano y afición al gore. Representaciones que lindan con el hiperrealismo y una suerte de documentalismo “sucio”, ante el cual el autor se pregunta si los espectadores atendemos a un evento que busca desensibilizarnos o estamos ante instantes que sumados nos llevarán a la revelación de que hay un guerra, con muertos y todo. Westcott se explaya a partir de la serie Over There, y los documentales Gunner Palace y Occupation: Dreamland. En el camino surge la duda, que va más allá de la guerra, y tiene que ver con el mismo acto de contar y/o mostrar algo que nos cuestiona éticamente: “talking about media representations of Iraq becomes an easy substitute to talking about what the hell to do about Iraq itself”. La misma duda de siempre y que algunos hemos resuelto –por flojera o incapacidad- diciendo que somos las representaciones que consumimos (o que no consumimos). Acaso todos podríamos poner nuestra mano al fuego de que hay una guerra o de que cuando damos un beso francés eso en realidad no tiene nada de francés y solo metemos agitadamente nuestra lengua en una abertura tapizada por tejido húmedo para enfrentar a otro animal que lame y muerde?

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